Cuando un emprendedor extranjero toma la decisión de explorar la posibilidad de invertir en España, primero debe conocer las características de un país con una estructura cuasi federal, dividido en 17 comunidades autónomas, cada una con sus propias normas, costumbres y usos; el sector o sectores que, en su opinión, son los más atractivos para la inversión que pretende llevar a cabo; y el marco legal que los regula, ya sea europeo, nacional o regional. Pero también debe conocer, especialmente al negociar, la Cultura Empresarial Española, a veces decisiva, al igual que en otros países, para lograr el objetivo deseado.
Al igual que en otros países, España tiene sus propios clichés y estereotipos, clichés y estereotipos que, ya sea que correspondan o no a la realidad, han formado parte de su imagen durante años. Así, la consideración de los españoles como personas informales, perezosas o impuntuales, tal vez cierta en el pasado, ya no se puede sostener hoy en día, dada la transformación experimentada por la sociedad española. Una prueba de este cambio es que la Cultura Empresarial Española es hoy en día uno de los diez países más abiertos en el flujo internacional de bienes, personas, servicios y comunicaciones, ocupando el séptimo lugar en el top ten mundial, por debajo de Singapur, Suiza, Hong Kong, Corea del Sur, Alemania y Suecia, pero por encima de Israel, Finlandia y Austria.
En general, los españoles tienden a ser personas individualistas, más inclinadas a trabajar para vivir que a vivir para trabajar, y quizás por esta razón tienen una idea muy clara de la separación que en su opinión debería existir entre el trabajo y la vida privada. Dicho esto, hay algo que se debe destacar en la Cultura Empresarial Española y esto es su participación progresiva en grupos, reuniones y viajes de trabajo, como resultado de un entorno profesional y empresarial cada vez más exigente y competitivo. Ante este desafío, los españoles han sabido responder con las mejores actuaciones, debido a una preparación profesional y cualificación que mejora día a día gracias a las universidades y escuelas de negocios existentes hoy en día, algunas de ellas de reconocida fama mundial.
Actualmente en España, la jornada laboral máxima legal no supera las 8 horas al día, de lunes a viernes, salvo festivos nacionales, regionales o locales. Los contratos laborales más comunes son a tiempo completo o parcial: en los contratos a tiempo completo el trabajo consiste en 40 horas por semana y puede dividirse en turnos diarios de 4 horas, con un descanso para almorzar de una hora y media o realizarse en una jornada completa de trabajo, con un breve descanso de media hora; en los contratos a tiempo parcial, el trabajo consiste en 20 horas por semana, con un máximo de 4 horas al día. En cuanto a las vacaciones, la legislación laboral establece un máximo de 30 días naturales, incluidos domingos y festivos, entre el 1 de enero y el 31 de diciembre de cada año.
Al negociar, los españoles suelen dar prioridad al conocimiento personal de los posibles socios sobre la negociación misma. Para este fin, recurren a cualquier evento social, ya sea almuerzo o cena, en el que suelen hablar sobre cualquier tema actual, sin las reservas y limitaciones que existen en otras culturas. Dado que la Cultura Empresarial Española es una cultura que se basa principalmente en relaciones o contactos personales, este conocimiento personal, crucial para una buena cooperación comercial, a veces puede condicionar toda la negociación. Sea cual sea el evento, los españoles suelen vestirse bastante formalmente, aunque esta regla se está flexibilizando bastante últimamente y no es lo que solía ser.
En cuanto al horario de oficina, desde las ocho o nueve de la mañana en adelante se observan escrupulosamente, negando así el cliché de que los españoles son impuntuales. Es cierto, sin embargo, que las horas de almuerzo o cena siguen siendo tardías, especialmente si las comparamos con las de otros países occidentales. Y también es cierto que su duración no se puede comparar con la de estos países tampoco, ya que no es raro que duren al menos un par de horas. En este contexto, no se puede dejar de mencionar la hospitalidad española, que es abierta, generosa y amigable, y transmite un sentido de vida y vivir que constituyen una de las características más representativas del modo de ser de la Cultura Empresarial Española. Pero esto no interfiere con la forma en que abordan una negociación, ya que en este caso los españoles suelen ser directos, firmes e incluso agresivos si el caso lo requiere.
Antonio Viñal
Abogado
AVCO Legal
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