A Josep Piqué, en testimonio de recuerdo y gratitud por su generosa contribución a las actividades de la Asociación Empresarial España-Asean (Asempea).
Hace unos meses, la editorial Debate tuvo la feliz idea de recopilar en un volumen algunos de los numerosos artículos a través de los cuales Josep Piqué expuso sus inquietudes, preocupaciones y opiniones acerca de temas tan diversos como España, Europa, EE.UU. y América Latina, Asia y el Orden Mundial. Con el título “La geografía siempre está y la historia siempre vuelve”, fórmula a la que él solía recurrir para tratar de entender y explicar todo lo que nos sucede, y un prólogo de Gloria Lomana, el libro contiene, entre otros artículos, el relativo al epígrafe que encabeza éste, epígrafe del que me voy a servir para volver sobre la conveniencia de situar a Asia en General y al Sudeste Asiático en particular entre nuestros intereses estratégicos más importantes.
La presencia y proyección española en el Sudeste Asiático
Siendo ministro, Josep Piqué, convencido como estaba de la importancia del estrecho de Malaca como nuevo centro de gravedad del mundo, impulsó el «Plan Asia-Pacífico», con medidas concretas para incrementar la presencia y proyección españolas en la región. En este contexto, subrayó algo que a veces se tiende a pasar por alto, y es el hecho de que España, aunque contribuya a la articulación de una política exterior europea, debe tener la suya propia, con sus intereses y capacidades, mediante una presencia creciente en el terreno del comercio y de las inversiones. Y ello no como una opción a contemplar, sino como una auténtica necesidad estratégica a asumir, tanto por el sector público como por el privado, en sus respectivas esferas de influencia.
A continuación, en 2018 se puso en marcha la «Visión Estratégica para España en Asia 2018-2022», con treinta y tres recomendaciones sobre objetivos, organización y métodos e trabajo, para, según señaló entonces el Real Instituto Elcano, «alcanzar, en el medio plazo, un nivel similar al que tienen ya los principales países de nuestro entorno». Luego, coincidiendo con el fin de la vigencia temporal de esta Visión, Casa Asia elaboró el «Plan Estratégico Casa Asia 2022-2025», en el que, objetivos y áreas de acción aparte, entre ellas el Sudeste Asiático, identificó con claridad los tres principales problemas a los que nos enfrentamos: la falta de una imagen nítida de España, la ausencia de expertos y la dificultad de las empresas para hacer negocios.
La falta de una imagen nítida del Sudeste Asiático
A estos problemas, con cuya identificación coincido plenamente, añadiría otro, consistente en la falta de una imagen nítida del Sudeste Asiático, sobre todo por parte de nuestras empresas, lo que sin duda agrava esa dificultad para hacer negocios. Al referirme a ello en conferencias, talleres o seminarios, he observado que esa imagen o bien no existe o, cuando existe, está distorsionada por cuestiones relacionadas con tópicos nacionales, barreras idiomáticas, prejuicios culturales o, simplemente, distancias geográficas. Unas cuestiones que, a diferencia de lo que sucede con empresas de otros países europeos, que las tienen resueltas desde hace tiempo, en nuestro caso están todavía por resolver, y esto sólo puede hacerse a base de información, más información y más y más información.
En estos últimos años, si bien es cierto que la falta de esa imagen nítida del Sudeste Asiático en España ha sido parcialmente mitigada gracias a la conjunción de esfuerzos públicos y privados en ambas orillas, no lo es menos que estos esfuerzos aún no son suficientes, al menos para situarnos, como decía el Real Instituto Elcano, » en un nivel similar al que tienen ya otros países de nuestro entorno». La diferencia con ellos, tanto en términos comerciales como inversores, siguen siendo grande a día de hoy, tal vez porque carecemos de esa política exterior propia que, con visión, acierto y oportunidad, reclamaba Piqué insistentemente, una insistencia que conviene volver a recordar dado los intereses que hay en juego.
La importancia económica del Sudeste Asiático
A ellos, a estos intereses, digo, se refería recientemente The Economist, al destacar la importancia del potencial económico del Sudeste Asiático, afirmando que «Few parts of the global economy hold more obvious promise than Southeast Asia»; que «Southeast Asia is home to some of the world’s most exciting economies»; y que «The IMF expects Southeast Asia’s economy to grow at almost 5% a year in the second half of the decade». Y ello pese a no dejar de reconocer la existencia de algunos factores limitantes, como marcos regulatorios restrictivos; elevado coste de cargas burocráticas, fiscales y sociales; e incluso, en algunos casos, monopolios estatales ineficientes, factores que afortunadamente van despareciendo poco a poco gracias a los procesos de liberalización económica en ejecución.
La apuesta de Josep Piqué por el Sudeste Asiático
Las oportunidades que ofrece el Sudeste Asiático varían de país a país, dadas las diferencias existentes entre los sistemas políticos, económicos y normativos de unos y otros, pero en líneas generales esos factores limitantes a los que acabo de aludir son riesgos -comunes a otros países, por cierto- que con presencia, persistencia y paciencia se pueden sortear. La apuesta de Josep Piqué por esta zona, habida cuenta del crecimiento sostenido de su economía, es una apuesta que conviene traer de nuevo a colación porque hoy en día está más viva que nunca, y porque dejarla pasar, sea cual sea el actor responsable último, público privado, sería lamentable.
Antonio Viñal
Abogado
AVCO Legal
madrid@avco.legal